martes, 23 de diciembre de 2014

entrega de premios del V Certamen Internacional de Poesía Yolanda Sáenz de Tejada. EL BONILLO (Albacete)


Organizado por el Ayuntamiento de El Bonillo, Albacete (aunque para los que no los sepáis, El Bonillo es una nación :) )

Este es uno de los actos que me honran y que me hacen tan feliz, que tengo para medio año de ilusión. 
Hace 7 años llegué a este pueblo. Ellos dicen que llevé la poesía y que por eso el Certamen lleva mi nombre. Yo digo que ellos me inundaron de sus gentes, todas tan grandes y con tanto cariño y dignidad, que hoy digo que también es mi tierra. 
Esta hija adoptiva de El Bonillo, os adora, querido pueblo. 

Gracias, gracias, en tiempos donde la poesía es metida bajo la alfombra o donde los certámenes desaparecen, vosotros lo mantenéis, prodigando un certamen limpio como los ojos de un niño y avivando así la ilusión de grandes poetas que vienen a entregarnos sus mejores versos. 

El nivel fue impresionante y yo, para no variar, terminé emocionada...

El primer premio, dotado con 1.200 euros, fue para el poema titulado ‘Amapolas en la penumbra’, de la autora ovetense, domiciliada en Tenerife, Covadonga García 

El segundo premio, dotado con 800 euros, fue para el poema ‘Entreguerras’ de Jorge Ortiz Robla, de las Palmas de Gran Canaria, y residente en Catarroja (Valencia)

El tercer premio, dotado con 600 euros, fue para el madrileño Joaquín Emilio T. Trompeta, por su trabajo ‘Daniel bajo la luna seca’

En esta quinta edición han participado 765 poetas(que sólo podían presentar un trabajo), alrededor de 150 más que en 2013, recibiéndose trabajos de diversos países del mundo, especialmente de España, Cuba, Argentina y Colombia, y también se han recibido otros poemas de autores residentes en Inglaterra y Alemania. 

Palabras de Paco Peña, miembro del jurado y del que me honra aprender siempre tanto: 
"En una época tan extraña para la cultura, hemos tenido 150 participantes más que el año anterior, procedentes de los lugares antes citados, lo que permite entender que El Bonillo y Yolanda misma sean tan conocidas fuera de nuestras fronteras como en España".



























1 PREMIO
Amapolas en la penumbra

A mis abuelos

Tantas veces nos descubrió
el rojo beso del crepúsculo;
y nos sobrevino el día
sembrando amapolas en la penumbra. Tantas veces nos sentamos
a contemplar el mar, deshaciéndose en arrugas que bañaban la orilla. Tantas veces nuestros cuerpos
se declararon la guerra,
el amor
y la vida;
y nos nacieron los hijos,
y acunamos su alegría en nuestras manos. Tantas veces vencimos
la soledad,
el tiempo,
y la muerte;
y viajamos por dentro,
llenos de juventud.
Tantas veces supimos de este amor,
de sus raíces y su vuelo.
Pero ahora tú, amor mío,
olvidas una a una todas las batallas.
La enfermedad erosiona
el puente indestructible que construimos. Tantas veces tantas cosas,
y sin embargo
...


Nunca antes
el abismo,
la ceniza sin nombre,
la criminal obra de la memoria. Nunca antes
el golpe certero del amor más humano. Nunca antes
el desconsuelo infinito
ni la agonía opaca de saberte perdido en tu propio cuerpo.
Pero más allá de la vida, cuando hayamos caído
como piedra en la tumba, volveremos a la tierra
para florecer de nuevo.
Nos descubrirá el crepúsculo
en nuestro propio beso, sembrando amapolas en la penumbra. 





2º PREMIO : Entreguerras


I
Mientras las bombas llovían sobre Bagdad
Tú esperabas en un semáforo en rojo de la avenida.
[Toda luz es señal,
o alerta].
Era verano y el sol pintaba tu cuerpo como un Sorolla.
[A tus pies el mar de asfalto encapsulaba como una isla a la ciudad]
Un AH-64 caía
como una gaviota herida muy cerca de kerbala.
Al Shabab mostraba imágenes de campesinos
que cambiaron azadas por kalachnikovs.
y celebraban los 150.000 Dólares ofrecidos por Sadam.

Al final cruzaste, tomamos un café y me invitaste a casa.
Pasamos una tarde, una guerra,
la caída de un imperio, un huracán,
Y vimos que la crisis llega de golpe y arrasa.
Ahora todo es escombro,
ruina.
La piedra caída, bien alineada
vuelve a construir un muro sólido.
Los restos del amor
tan solo alimentan a los cerdos.


II
Quizás en este lugar no llueva demasiado,
pero hay motivos para soñar.
Tal vez no hayamos cambiado tanto,
pero desapareciste como lo hacen las banderas derrotadas.
Miro el televisor a deshora,
Y leo la prensa por las mañanas.
[La Plaza Tharir se parece a la infancia,
está llena de vida,
una vida fácil de arrebatar]
Hablan de las madres,
hablan de los hijos,
hablan de la noche.
La historia se escribe en el margen de las hojas.
Las mentiras, en la primera plana
de todos los periódicos.


III
Ardió Líbano,
Siria se alzó,
y mis manos avanzaron sobre tu cuerpo
con la lentitud de la peste, [en tinieblas]
y la dureza hambre.
Lo orgánico pasó de ser plural a innecesario,
volvió el amor
como la hoja brota
de la rama seca.
De fondo el gemido y el telediario,
la ONU y la Casa Blanca,
y nosotros viviendo la paz de entreguerras,
derrochando amor,

por encima de la cama.





3º PREMIO: 
DANIEL BAJO LA LUNA SECA

                               DANIEL BAJO LA LUNA SECA


Las noches inolvidables ya no existen y afortunadamente escapaste del aroma
[traidor
de la cocaína, creció agua tibia, avanzó la flauta del resplandor para tus padres y tu
hermana y también para mi, que me dio un amigo nuevo, un nuevo
[hombre
con el que aún construyo la torre desengañada del mundo con tarugos de risa.

Si muevo los dedos en el aire aún suena mientras se aleja una guitarra
[ingenua
donde el porvenir tenía las piernas poderosas y reinábamos sobre la superficie.


Daniel, podías haber muerto por no acertar el paso en el barranquito este verano,
     [con la sombra de los chopos arropando
 la noche falsa de los montes, la perra suave al paso
justo, la luna seca mientras tu hijo veía la televisión en la casa y Encarni se reía
     de no sé qué también entre los muros  ajenos al paseo.
Los grillos cavaban fosas en el aire, la fuerza del tomillo no te dejaba ver el aullido
de la perra,  símbolo incesante de la vida.

Amigo, no son tiempos de paseos solitarios. Me aterra que no lleguemos a despedirnos
[y la amistad
termine siendo un viejo reloj sobre un charco descolorido.

Daniel, admiro tu dignidad serena frente a las horas, tu tesón en el trabajo, tus paellas
[y las risas con tu hijo
que no golpea el balón cuando lo ve pasar, que equivale a las veces que tú y yo fallamos
a portería vacía, si te escribo así es porque en ningún caso quiero ponerme
[poético,
pero no consigo dormir bien desde que me contaste tu accidente,
siento que me habla el vacío desde su garganta de soledad,
      toco tu pulmón perforado y tiemblo.

Sí, celebro tu vida limpia y espartana, la sabiduría que da el sarcasmo, tu equilibrio con                                                                                                                         [las nubes,
y pienso que debo aprender mucho de ti,
lo escribo sin partir los versos porque me preguntarías y tendría que confesar
[qué se parte con un verso.


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